El presidente Gustavo Petro ha anunciado un cambio radical en el modelo de concesiones viales en Colombia. Su propuesta implica la reversión a la propiedad estatal de las carreteras al finalizar sus concesiones, abandonando el modelo neoliberal de privatización. El objetivo principal es lograr que las vías sean «pública, verdaderamente pública».

Petro ha establecido que los recursos obtenidos a través de peajes se destinen exclusivamente al mantenimiento vial, con la Nación asumiendo la sostenibilidad de las infraestructuras a través de fondos públicos. Para lograr este objetivo, se han ordenado auditorías exhaustivas de los contratos de concesión y la cantidad de peajes existentes, con la finalidad de identificar posibles reducciones de costos o incluso la eliminación de algunos peajes, siguiendo modelos implementados en Europa.

Estas declaraciones fueron realizadas durante el lanzamiento de la licitación del Aeropuerto del Café (Aerocafé) en Palestina, Caldas. El mandatario instruyó al Ministerio de Transporte, incluyendo la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), a evaluar la viabilidad de que el Estado asuma el mantenimiento de las carreteras con recursos propios, enfatizando la necesidad de un mantenimiento eficiente para evitar el deterioro de las vías.

El presidente Petro aclaró que los ingresos por peajes solo cubren el mantenimiento, no la construcción de las vías. Por lo tanto, considera viable la transferencia de ciertas carreteras al Instituto Nacional de Vías (INVÍAS), permitiendo la reducción de los costos de peaje al eliminar los beneficios privados. Señaló la importancia de un departamento de mantenimiento eficiente dentro del Ministerio de Transporte para prevenir el deterioro de las infraestructuras.

El mandatario hizo un llamado a la participación ciudadana y al sector transportador para la creación de comités que colaboren en los estudios y la toma de decisiones. Su visión es eliminar los peajes en ciertas vías, una vez revertidas las concesiones, para lograr una verdadera infraestructura vial pública, al estilo de algunos países europeos.

Petro definió este cambio como un desafío fundamental: superar el modelo neoliberal de privatización de carreteras y priorizar la construcción de vías en zonas necesitadas, como las regiones afectadas por el conflicto armado.

Finalmente, ordenó a la ministra de Transporte, María Fernanda Rojas, acelerar el programa de Vías Campesinas e instó a las juntas de acción comunal y asociaciones campesinas a participar activamente en la transformación del sistema vial, invirtiendo la pirámide de privatización.

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