Paro Armado del ELN: Balance Preliminar de 51 Acciones en 13 Departamentos

Colombia enfrenta un complejo escenario de seguridad tras las primeras 48 horas del paro armado decretado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Las autoridades han reportado un total de 51 acciones violentas, que abarcan desde ataques armados hasta bloqueos viales y amenazas, afectando a, al menos, 13 departamentos del país, según información oficial del Ministerio de Defensa.

La medida, anunciada por el ELN por un periodo de 72 horas con vigencia hasta el 17 de diciembre, ha generado una considerable alteración en la movilidad terrestre y fluvial, acompañada de advertencias explícitas a la ciudadanía para evitar transitar por carreteras y ríos estratégicos. Desde el inicio, diversas regiones han activado dispositivos de seguridad ante la aparición de artefactos explosivos, banderas y grafitis alusivos al grupo guerrillero.

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Terrorismo Mediático y Ataques Directos: La Estrategia del ELN

El Ministerio de Defensa detalló que los 51 incidentes se concentran en departamentos como Santander, Norte de Santander, La Guajira, Sucre, Chocó y Antioquia, entre otros. De estos, el ministro Pedro Sánchez señaló que 38 corresponden a lo que denominó «terrorismo mediático», acciones destinadas a infundir temor a través de símbolos y mensajes intimidatorios sin contacto armado directo, aunque con un alto impacto en la percepción de seguridad.

Incidentes Críticos en el Magdalena Medio y Norte de Santander

Uno de los episodios más graves tuvo lugar en el Magdalena Medio, específicamente en el peaje de La Lizama (vía Bucaramanga-Barrancabermeja), donde un ataque dejó a una funcionaria herida y obligó al refuerzo de la seguridad en este corredor vial clave.

Norte de Santander figura como uno de los departamentos más golpeados. En Villa del Rosario y Cúcuta se registraron acciones violentas, incluyendo el lamentable hallazgo de dos jóvenes sin vida. En Puerto Santander, un ataque a una subestación de Policía resultó en la muerte del conductor de una ambulancia durante un cruce de disparos. Además, se desactivaron cilindros explosivos en la vía Cúcuta-Pamplona y se reportaron bloqueos, impactando seriamente el transporte público en la región.

Antioquia y Arauca: La Intensidad del Conflicto

En Antioquia, la activación de un explosivo en Copacabana causó el cierre temporal de una vía, y en Valdivia un bus fue incinerado. Otro artefacto detonó en el acceso a Salgar, restringiendo el tránsito. Las autoridades también emitieron alertas preventivas en el norte del departamento por posibles amenazas.

Arauca, una de las zonas con mayor influencia histórica del ELN, vivió el inicio del paro con un ataque de tatucos bomba contra el Batallón del Ejército en Puerto Jordán, generando daños materiales. Este batallón ya había sido blanco de ataques previos. El transporte público en el departamento fue suspendido y se instalaron banderas del ELN en varias vías, lo que provocó el despliegue adicional de tropas.

Afectaciones en Otras Regiones: Boyacá, Casanare, Cauca, Cesar, Chocó, La Guajira y Nariño

El paro armado se extendió a múltiples frentes. En Boyacá, el Batallón de Alta Montaña del Espino fue atacado con disparos. En Casanare, varias empresas de transporte intermunicipal detuvieron sus operaciones. El Cauca sufrió restricciones en la vía Panamericana por el hallazgo de un cilindro con emblemas del ELN, con reportes similares en varios municipios.

Cesar vio la quema de maquinaria amarilla y la interrupción del transporte. Chocó experimentó la suspensión total del transporte fluvial y terrestre en varios municipios. En La Guajira se encontraron cilindros con grafitis del ELN y se reportaron amenazas. Finalmente, en Nariño, actores armados detuvieron una buseta en la vía El Peñol-Los Andes, mientras que en Tuquerres-Samaniego fue instalada una bandera junto a un artefacto explosivo.

El ELN y el Proceso de Paz: Declaraciones Contrarias

En medio de esta escalada, Antonio García, máximo comandante del ELN, declaró que el grupo mantiene su disposición a «avanzar en lo pactado» con el Gobierno, asegurando que el paro armado no representa una ruptura del proceso de paz. Sin embargo, la delegación del Gobierno calificó la medida como un acto que «solo afecta a las comunidades», generando un contraste entre las posturas.

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