Consuelo Ordóñez, directora de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP), ofreció a prensa un panorama preocupante sobre la gestión de residuos en Bogotá. La capital genera diariamente un volumen considerable de desechos: 5.400 toneladas de basura doméstica, a las que se suman aproximadamente 900 toneladas producto del vertido ilegal en la vía pública.

El desafío de la basura incontrolada en Bogotá

Ordóñez identificó el principal escollo en esas 900 toneladas de residuos que eluden los canales de recolección formal. “Gestionar 900 toneladas diarias de basura sin rutas ni frecuencias predefinidas representa un desafío monumental”, enfatizó. Estos desechos, compuestos principalmente por muebles, colchones, escombros y otros materiales voluminosos, saturan indiscriminadamente el espacio público.


Consuelo Ordóñez de la UAESP explica los desafíos en la recolección de basura en Bogotá: 5.400 toneladas diarias y el problema del arrojo clandestino
La UAESP alerta sobre los riesgos del actual modelo de gestión de residuos en Bogotá

Según la directora, la problemática trasciende el comportamiento individual. “Es un problema extendido por toda la ciudad, y por toda Colombia”, afirmó, destacando la necesidad de mejorar la cultura ciudadana y aplicar sanciones más contundentes.

Actualmente, cinco empresas operan en zonas exclusivas: Bogotá Limpia, Promoambiental, Ciudad Limpia, Área Limpia y Lime. Cada una gestiona su área asignada al 100%. Sin embargo, Ordóñez advirtió sobre la disparidad en la rentabilidad de las diferentes zonas. “La prestación del servicio en zonas como Sumapaz o Mochuelo resulta significativamente más costosa que en áreas con mayor densidad poblacional”, explicó.

El futuro del modelo de gestión de residuos tras 2026

La directora recordó que el esquema de áreas de servicio exclusivo, vigente desde 2018, concluirá en febrero de 2026, dando paso a un modelo de libre competencia. “Los usuarios podrán optar por mantener su operador actual o contratar los servicios de otra empresa que les ofrezca mejores condiciones”, aclaró.

Este cambio podría generar nuevos desafíos. Ordóñez señaló que, aunque la recolección domiciliaria estaría garantizada, servicios complementarios como el barrido, la poda y el corte de césped podrían verse afectados. “El barrido y el mantenimiento del espacio público son responsabilidades municipales, no individuales”, advirtió, enfatizando la necesidad de acuerdos interoperadores para evitar deficiencias en el servicio.

En cuanto a la frecuencia del servicio, la regulación establece un mínimo de dos recolecciones semanales, llegando hasta 21 en zonas comerciales. No obstante, las empresas podrían ofrecer recogidas adicionales para atraer clientes. “Es posible que en una misma cuadra operen dos o tres empresas diferentes”, lo que incrementaría la complejidad operativa.

Ordóñez recalcó la necesidad de un esfuerzo conjunto. “Se requiere un trabajo colaborativo entre entidades gubernamentales, gremios, comerciantes y residentes”, concluyó, destacando que la solución requiere tanto una mejora en la cultura ciudadana como un marco regulatorio sólido que asegure la continuidad y eficiencia del servicio de recolección de residuos.

La Hermosa Stereo, donde la fe y la información se encuentran.