En un significativo evento de conmemoración y profunda denuncia celebrado este domingo en Santa Marta, el presidente Gustavo Petro dirigió una contundente acusación hacia congresistas y líderes políticos colombianos, a quienes señaló de haber viajado a Miami con el propósito de fraguar una conspiración contra su gobierno.

“Aquellos congresistas y dirigentes políticos que se desplazaron a Miami con la intención de urdir estrategias para ganar las elecciones en Colombia, incluso a costa de desacreditar la figura del presidente de la República, son, a todas luces, delincuentes. Y como tales, deben ser sometidos a la justicia”, declaró el mandatario ante una multitud de asistentes en Santa Marta. Estas palabras resonaron en el marco del acto de reconocimiento de responsabilidad internacional por el genocidio perpetrado contra la Unión Patriótica, un suceso de gran trascendencia histórica.

Este solemne encuentro, ordenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, no solo fue el escenario para la petición de perdón en nombre del Estado por el exterminio de miles de militantes de la UP, sino que también se convirtió en una plataforma para un enérgico llamado a la movilización ciudadana. El jefe de Estado aprovechó la ocasión para advertir sobre una continuidad de la violencia política, que, según él, ahora se manifiesta bajo el velo de una persecución judicial de índole internacional.

El presidente Petro profundizó en su denuncia, afirmando que la campaña para lograr su encarcelamiento en Estados Unidos es orquestada por facciones conservadoras, en supuesta alianza con figuras influyentes como el senador estadounidense Bernie Moreno, hermano de Alberto Moreno, expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El mandatario calificó esta ofensiva como una “vendetta personal”, rememorando sus tempranos debates en el Congreso contra el lavado de activos y la especulación inmobiliaria, sugiriendo raíces históricas a este conflicto.

En la misma línea, el presidente no dudó en señalar al expresidente Andrés Pastrana, acusándolo de ser otro de los artífices detrás de esta compleja arremetida política y jurídica.

Petro enfatizó que esta trama conspirativa constituye una afrenta directa y una traición al pacto democrático instaurado con la Constitución de 1991. “Esto es inaceptable para el espíritu de la Constitución del 91 y para el pacto democrático que nos rige”, aseveró, dirigiéndose al director de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, César Palomino, a quien conminó a iniciar los procesos judiciales pertinentes contra los presuntos responsables.

Estableciendo un paralelismo histórico, el presidente contrastó su posición con la de Salvador Allende, evocando cómo el líder chileno también depositó su confianza en el respeto constitucional, solo para ser traicionado. “Nuestra respuesta debe ser diferente, y confío en que no implique el uso de las armas, espero no equivocarme”, manifestó, reafirmando su inquebrantable compromiso con la senda democrática y pacífica.

Durante su apasionado discurso, el jefe de Estado recurrió a poderosas metáforas animales para simbolizar el despertar y la fuerza del pueblo colombiano. “Si el águila dorada se atreve a atacar al cóndor, el majestuoso jaguar americano despertará”, proclamó con vehemencia. “Y nosotros somos esos jaguares, estamos en pleno despertar”.

Este llamado a una resistencia que, aunque pacífica, es inquebrantablemente firme, fue presentado como una legítima respuesta ante la sombra de una nueva traición. “Nos alzaremos por millones. Seremos jaguares danzando por la dignidad de Colombia, seremos jaguares para revivir el legado de Bolívar”, concluyó, tejiendo en su discurso elementos de mística, historia y visión política.

El presidente cerró su intervención con una enérgica exhortación a la defensa de la soberanía nacional frente a cualquier amenaza externa. “No tolero amenazas. Nos levantaremos por millones”, declaró, advirtiendo que cualquier intento de judicialización internacional será enfrentado con la arrolladora fuerza de la movilización popular.

“Les imploro perdón en nombre del Estado, para que vuestros muertos revivan a través de la lucha del pueblo que se levanta. Es una forma de revivir, todos lo sabemos, no morimos. La energía perdura”, finalizó, evocando la segunda ley de la termodinámica como una profunda metáfora de la persistencia ineludible de la memoria y la inextinguible llama de la lucha.

La Hermosa Stereo, donde la fe y la información se encuentran.