Tras la decisión irrevocable de la Corte Constitucional, que ratificó los artículos 4 y 5 de la Ley 2385 de 2024, prohibiendo las corridas de toros, el rejoneo, las novilladas, becerradas y tientas, el presidente Gustavo Petro expresó su satisfacción.

A través de su cuenta en X, el mandatario felicitó a la Corte Constitucional por su postura a favor de la vida en todas sus manifestaciones, afirmando: «Celebro la decisión de la Corte Constitucional, que reconoce el valor intrínseco de la vida en todas sus formas».

Petro propuso la sustitución de estos espectáculos por eventos culturales vibrantes, sugiriendo que «la transformación de las corridas de toros en grandes carnavales y fandangos culturales será una tarea para cada alcalde».

El presidente recordó la lucha emprendida durante su gestión como alcalde de Bogotá, una batalla que parecía improbable: la erradicación de las corridas de toros en la capital. Este objetivo, impulsado inicialmente por diversos movimientos animalistas –mencionando a Andrea Padilla y la iniciativa «Bogotá sin corridas»–, encontró eco en sus propias convicciones.

Para Petro, la convergencia entre el activismo animalista y su ideología era clara: «La defensa de los animales se unía a mi visión en varios puntos, especialmente en la idea de que la aprobación de la muerte de animales se asemejaba a la aprobación de la muerte de seres humanos».

El mandatario enfatizó que el amor a la vida no se construye a través de la crueldad y el entretenimiento basado en el sufrimiento animal. La causa animalista, según sus palabras, se integró al movimiento progresista, culminando, gracias al esfuerzo de activistas como Esmeralda y Andrea, en la erradicación definitiva de estas prácticas en todo el país, a pesar de las posturas iniciales de la Corte Constitucional.

Concluyó afirmando que «la lucha por la vida será el eje fundamental de la política humana, presente y futura».

Decisión de la Corte

El jueves, el alto tribunal declaró constitucional la Ley 2385 de 2024, una normativa que busca una transformación cultural mediante la prohibición de las corridas de toros, el rejoneo, las novilladas, becerradas y tientas, incluyendo los procedimientos que atentan contra la integridad de los animales.

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