En un movimiento que ha generado inquietud en múltiples sectores religiosos del país, el Gobierno del presidente Gustavo Petro reemplazó al director de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior, históricamente vinculado al sector cristiano evangélico, por el rabino Richard Gamboa Ben-Eleazar, una figura respetada pero también controvertida por sus posturas antisionistas.
Durante años, esta dirección fue encabezada por representantes cristianos, quienes jugaron un papel clave en el fortalecimiento del diálogo interreligioso, el reconocimiento de iglesias, y el desarrollo de proyectos sociales de la mano con el Estado. Sin embargo, el reciente cambio ha sido interpretado por líderes evangélicos como un acto de exclusión política.
“El Gobierno habla de pluralismo, pero empieza sacando a quienes más representan a la mayoría religiosa del país”, expresó uno de los pastores que acompañó procesos institucionales desde esta dependencia. Según líderes cristianos, la decisión de apartarlos del cargo podría obedecer a tensiones ideológicas, especialmente en temas sensibles como el aborto, la eutanasia o los derechos LGBTI.
El nuevo director, el rabino Richard Gamboa Ben-Eleazar, es un líder espiritual de larga trayectoria, pero ha sido cuestionado por su postura crítica hacia el sionismo, lo que ha generado divisiones incluso dentro de la comunidad judía en Colombia. Para algunos, su nombramiento no refleja una búsqueda de unidad, sino de afinidad ideológica con el actual gobierno.
La Dirección de Asuntos Religiosos es clave en el reconocimiento legal de iglesias y en la interlocución entre el Estado y las comunidades de fe. Su liderazgo ha sido, hasta ahora, un espacio compartido con respeto, pero la reciente decisión podría alterar este equilibrio.
Desde La Hermosa Stereo, emisora con valores cristianos y comunitarios, hacemos un llamado al Gobierno Nacional a garantizar una representación diversa, respetuosa y equitativa, que no silencie a ninguna confesión ni instrumentalice la fe con fines políticos.
¿Estamos frente a un nuevo enfoque interreligioso o ante una exclusión disfrazada de pluralismo? La comunidad cristiana está alerta.






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