El 25 de agosto de 2025, la localidad de Tame, en el departamento de Arauca, Colombia, fue escenario de una masacre que marcó la cifra 51 de este tipo de crímenes en el año. Este evento, ocurrido un año después de la masacre número 45 en Puerto Rico, Caquetá, resalta la preocupante escalada de violencia en la región fronteriza con Venezuela.

Según reportes preliminares, alrededor de las dos de la tarde, hombres armados irrumpieron en una vivienda del barrio Rincón de la Esperanza, asesinando a tres jóvenes. Se indica que la casa fue saqueada, sugiriendo una posible búsqueda de objetos desconocidos. Las víctimas, todas de sexo masculino, aún no han sido identificadas oficialmente, y los motivos del crimen permanecen sin esclarecer.

Hasta el momento, las autoridades, incluyendo el Departamento de Policía de Arauca, el gobernador Renson Martínez y el alcalde Miguel Ángel Bastos, no se han pronunciado públicamente sobre el suceso. La zona es conocida por la presencia del ELN, disidencias de las FARC (Comando Conjunto de Oriente) y grupos criminales locales.

El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), que monitorea las masacres desde 2020, hace referencia a la Alerta Temprana 011 emitida por la Defensoría del Pueblo en 2023. Esta alerta advierte sobre la grave crisis humanitaria en los municipios de Arauca, Arauquita, Saravena, Fortul y Tame. Un informe de seguimiento de mayo de 2024, señaló la persistencia y agravamiento del riesgo, incluyendo homicidios, amenazas, secuestros, desplazamientos y reclutamiento de menores.

Indepaz destaca que, además de la masacre, el 24 de agosto fue asesinado en Tame Gilberto Ramírez (conocido como «Remolacho»), un líder social y comunitario. Su asesinato ocurrió cerca de su negocio, a orillas del río Cravo. En lo que va del año 2025, se contabilizan 104 líderes sociales asesinados, incluyendo dos en Arauca además de Ramírez. La cifra total de víctimas de masacres en 2025 asciende a 168, con tres masacres adicionales registradas en la semana previa al evento en Tame: una en Cundinamarca (tres víctimas), otra en Magdalena (tres víctimas) y una en Cali (seis víctimas).

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